Año 1453 d.C. El Imperio Romano de Oriente se desmorona. Los turcos otomanos, ataviados con su inconfundible casaca negra con vivos verdes, avanzan sobre los suburbios de Constantinopla. El entrechocar de los escudos con el grabado cascarudo presagia el asalto final. Del otrora imperio mundial quedan los esplendores de la antigua Bizancio, y el ejército turco-casca dejará caer su furia invasora para arrasar con ese último baluarte......
Veía estas imágenes con una claridad impecable, hasta que me despertó el planchazo de la stopper, directo al ligamento lateral externo, que en plena madrugada me dice: "Toda la noche hablando sólo de no sé qué pelotudez del emperador, que los cascarudos lo van a rajar al emperador de Bizancio y otras gansadas por el estilo. La próxima hago los ravioles con aceite y nada más porque la salsa blanca te hace pelota y después hay que aguantarte delirando".
Recién ahí entiendo la profundidad de la metáfora onírica. Es de tal magnitud la gesta por emprender que, en mi afiebrada imaginación, Cuyo es el Imperio Romano de Oriente, Mendoza es Constantinopla (la antigua Bizancio de los palacios imperiales tipo bodega Salentein, de allí la comparación) y los Cascarudos somos el ejército turco.
Superando el golpe recibido preparo el equipo de mate, tiro el bolso en el auto y arranco. 5,30 en punto me presento en lo de HJ. Abre el Mono como si fuese el dueño de casa gritando "Hooolaaa Patrulla queriiiido" y me da un abrazo. Atrás viene HJ con las dos valijas (la de él y la del Sr. Gobernador) y cuando advierte el saludo me dice: "Pero si este hijo de puta hace diez minutos que me está diciendo: el forro de Pancho va a llegar tarde, igual que cuando jugaba de cuatro y le tiraban la pelota a la espalda para que le pique el 11. Y ahora te saluda así, qué bárbaro". Mejor no pregunto y arrancamos.
En el apuro nos olvidamos la bandera de la Abuela Magdalena. Hacemos el clásico recorrido hasta la Shell de Independencia y Lima, donde la Joya se incorpora al móvil, esta vez con equipaje moderado por razones de espacio. El suscripto y HJ adelante, el Sr. Gobernador y Titi en el asiento posterior. Me dirijo a los coequipers: "la stopper me despertó a las patadas pero también hizo una torta. Pueden arrancar". Cuando terminé de decirlo la Joya se había liquidado un par de porciones. El devenir por la ruta 7 hacia Junín ya es conocido pero esta vez hay una innovación musical. El móvil homenajea a un artista hasta ahora exclusivo de las camionetas Frene: Leonardo Favio. Cuando el Sr. Gobernador escucha "fuiste mía un verano, solamente un verano", lagrimea. Después saca dos aerosoles y aclara que en este viaje duplicó sustancias y rocía el ambiente con un golpe de "Armonizador" y otro de "Autoestima".
HJ dice que no le pegan como el Blem pero igual le encarga un par de frasquitos. Exactamente a la hora señalada, o sea 10.30 am, la unidad móvil arriba a la Estación Dos Reis según lo convenido, para sumar al convoy a la filial Junín (Elegar, HdV, Farra, Richard, Coco). Pero la filial Junín no está. Los integrantes de la unidad 1 renovamos el termo, elongamos, pasamos por las instalaciones sanitarias, tiramos la yerba en el tacho, relojeamos la temperatura en el plasma mientras adquirimos unos paquetes de DRF en el kiosco, el Mono dice que no compra DRF porque tiene pastillas para la garganta, HJ se pone los guantes modelo Carlos Pairetti/Jorge Cupeiro para hacerse cargo del manejo de la unidad móvil, todo esto bien recagados de frío por la inhóspita corriente helada que atraviesa el playón de la estación de servicio......Y la filial Junín no está.
Se suceden los vehículos por los surtidores, vuelvo a elongar, el Titi manotea la torta que quedó en la luneta, Darío se envuelve en la campera verde/amarelha modelo Petrobrás y saca del baúl el balón llevado por el Titi, HJ pregunta cuándo empieza la pretemporada de Sarmiento, y la filial Junín no está.
"¿Qué carajo están haciendo estos pelotudos que no llegan?" se pregunta el Mono, mientras el Titi le lanza la bola para que ensaye el escorpión de Higuita y así sacarse el frío. La maniobra es temeraria porque lo sorprende a HJ volviendo con el termo lleno y lo emboca con un bochazo en la nuca, ante lo cual el Eterno reflexiona con la serena resignación que ya lleva más de 20 años: "la gran puta, cuando se aburren se ponen fastidiosos como los pendejos". Y la filial Junín no está. Como veo que el clima se va alterando lo llamamos al Coco. Y el Coco responde: "hace 40 minutos que estoy como un boludo esperando en la puerta de mi casa. Tanto romper los huevos con el Macizo Andino y por ahora no pasé de calle Necochea..." Finalmente, a eso de las 11,30, una polvareda se levanta desde desde la banquina de Benito de Miguel y la camioneta gira a la derecha, irrumpe como una tromba en el playón y clava los frenos justo antes de que salga del estacionamiento un Mehari 1973 que venía retrocediendo. Llegó la filial Junín en la camioneta de HdV. Baja Quevedo con un mapa del partido (del partido de Junín) de los que reparten en la Oficina municipal de turismo y con cara de desorientado dice: "muchachos, hace 20 años que esto dejó de llamarse Dos Reis.....con razón cada vez que se lo indicábamos al GPS nos mandaba a 25 de Mayo y General Paz. Está bien que seamos unos muertos pero tampoco era para encontrarse ahí, por eso nos demoramos hasta que nos dimos cuenta que era acá". El Mono los recibe en nombre de la unidad 1 y les dice: "que alegría reencontrarlos a todos, permítanme rociar el habitáculo de la camioneta con "Armonizador" y "Autoestima". HJ pone cara de no poderlo creer y aclara: "pero si hasta hace dos minutos estuviste zapateando a las puteadas porque no llegaban nunca...". Darío le hace el tradicional gesto de "silencio" y lanza las sustancias en la doble cabina. Nadie pregunta y arrancamos.
A marcha moderada por ruta 7 avanza el ejército turco-casca plácidamente. Se programa morfar llegados a San Luis. La intercomunicación entre los móviles permite una afiatada coordinación. Pero la marcha cascaruda nunca es fácil. Exactamente en el arco que indica el paso interprovincial de Córdoba a San Luis, la camioneta pasa pero la unidad 1 es detenida por la Policía puntana. HJ, al volante, es inquirido por los tradicionales licencia de conducir (suya), tarjeta verde (del suscripto, titular de la unidad) y tarjeta de seguro de la unidad. La licencia está, la tarjeta verde está y la tarjeta del seguro está......vencida. El Sr. Gobernador bufa en el asiento trasero: "pero como se puede ser tan boludo?. Entre el fulminante del Bicho que cada vez que maneja nos empoma la cana y el huevón de Pancho con el seguro vencido no hacemos ni medio, y yo que los tengo de choferes oficiales.....".
La Joya busca abstraerse de la situación con expresión reconcentrada en la llanura que se extiende ante su vista. Y ahí sucede lo insólito. Mientras el agente del orden me convoca a la caseta que está cruzando la ruta para resolver la infracción, comienzan a aparecer los ocupantes de la camioneta de HdV, que había detenido su marcha en la banquina unos metros más adelante. Solidaridad? Preocupación por la posible retención de la unidad 1? Intercesión ante la autoridad policial? En absoluto: GANAS DE MEAR. O sea que, mientras parlamento con el agente del orden, al mismo tiempo veo pasar a los cascas rumbo al sanitario con toda naturalidad y sin la menor preocupación, al punto que Elegar, fotógrafo oficial de los viajes del CUJ que no pierde ningún detalle, se detiene a fotografiar las instalaciones. Cuando salgo habiendo concluido el tema, el HdV me pregunta a unos veinte metros de distancia y con alto volumen, rodeado del resto de los canas de la caminera: "Pancho, ya arreglaste!?!?!!!". Mejor no contesto y arrancamos. Superado el incidente, otra vez, un error de cálculo compromete la marcha cascaruda, siempre amenazada por los imponderables de toda expedición hacia el éxito. Porque habiendo salteado Villa Mercedes para recargar combustible y llegados a San Luis capital, resulta que a esa altura hay mucha autopista, mucho wi fi pero ni una reputa estación de servicio. El móvil 1 con sus módicos 42 litros de tanque no asegura una autonomía muy extensa, por lo cual el tránsito hasta Mendoza no pasa de los 100 km/h., con un suspenso creciente que desata la angustia de sus ocupantes. Dice el Titi: "Y bueno, acá adentro se duerme bien no?".
Hasta que finalmente arribados a San Marcos (Mendoza), y con una gran exhibición de bajo consumo a razón de 15 km por litro, la unidad 1 es reabastecida. "Un rendimiento digno de Patrulla" me dice el Sr. Gobernador. A lo que HJ, otra vez superado por la sorpresa, le dice: "pero si cuando Pancho fue al baño me dijiste: éste no tendría que jugar por irresponsable, se olvidó de renovar el seguro y nos hizo cagar de hambre porque con la búsqueda de una estación de servicio no paramos ni a comer una Rhodesia". Mejor no pregunto y arrancamos.
Luego de todo el desgaste psicológico producido por las situaciones límites que hubo que sortear, finalmente arribamos a Mendoza Capital. Cirilo nos recibe en el lobby del hotel "Sol Andino", calificado como categoría "Joya, nunca telo" en la Guía Michelin. A la euforia del reencuentro le sigue un tema álgido: distribución de habitaciones.
La habitación 3 queda ocupada por Coco, HdV, Elegar y Richard. El Farra duda y finalmente concluye: "prefiero no arriesgarme a que me despierte HdV aplicándome el topetazo de Vicente Viloni, mejor me voy con ustedes" le transmite a HJ. Entonces la 2 se integra con el Sr. Gobernador, sus choferes y el Farra. El Mono aclara: "Como Gobernador, merezco estar al calor del poder" y se instala en la cama que está pegada al calefactor. Esto le traería algunos trastornos en las noches posteriores, pero eso será materia de otro capítulo.
Finalmente, llegamos a la habitación 1. Y ahí se hace sentir con todo rigor la organización de Cirilo Travels. Porque ésta no es una habitación más, no señor. Es una suite. En el hotel se la identifica como "la suite del Jeque" (del Imperio Bizantino). Y consta de dos cuerpos: en uno, cual coreanos alojados en el sótano de la fábrica, se hacinarían Titi, el Guti y Rudy. Y en el cuerpo principal, separado del anterior por una discriminatoria pared de machimbre (sin barnizar), con una sola cama y TV exclusiva, se instala el Chelo, fresco como una lechuga luego de haber hecho el viaje en una hora por avión, que en adelante será identificado como "el Jeque". Cuando alguien pregunta a qué viene la distinción entre habitaciones, Cirilo replica: "Después del gol que hice en Chilecito abriendo bien el pie derecho y dándole 3 dedos (??), tendría que tener un piso para mí solo". En fin.....
Luego de apropicuarse en sus respectivos espacios, los cascas parten a cenar. Un ámbito semejante al de los chinos en Neuquén, más telúrico, tenedor libre y dúo folcklórico de guitarras. Sublime. El CUJ masacra el stock y luego el plantel se divide, unos a dormir y otros al pub irlandés "Willie", en el corazón de la noche mendocina, con cuadro gigante del Willie Brown y su fragata de fondo. Allí recibo llamado del Guti avisando que están entrando a la ciudad y preguntando dónde estamos. Respondo: "una parte del plantel descansando y el resto estamos haciendo la charla técnica en el pub irlandés tomando cerveza". El Guti contesta que por pura disciplina profesional él y Rudy no pueden menos que sumarse a la charla técnica, sea en un vestuario o en el pub, y se vienen.Completado el plantel, se produce la esperable aglomeración de público alrededor de los cascarudos, lo cual genera alguna incomodidad a la que estamos acostumbrados cuando salimos de gira. Pero esta vez casi terminamos en catástrofe. Ocurre que, desde una mesa contigua, Elegar es requerido para la firma de un autógrafo y, como corresponde, se presta amablemente al diálogo. En eso estaba cuando, súbitamente, HdV le salta "a cococho" y lo desequilibra de tal forma que casi puedo anticiparme a ver la escena, con los dos desparramados sobre la mesa, resbalando por el efecto de la cáscara de los maníes y aterrizando unos cinco metros más adelante, impactando contra el ancla de la fragata de "Willie" que ornamenta el salón.Pero afortunadamente Elegar resiste la carga. Manteniendo en todo momento la compostura, ligeramente alterada por un rictus que denuncia su esfuerzo titánico, logra contener la arremetida de HdV y mantener la verticalidad. Impide así un desastre que hubiese motivado el siguiente titular en el diario Los Andes: "Cascarudos borrachos destrozan pub céntrico". Con la tranquilidad de haber evitado el descrédito, el plantel vuelve al hotel. A día siguiente habrá que emprender el asalto de Bizanzio contra un dificilísimo rival, pero esa historia merece otra crónica. Y otro cronista. Porque para permitir una visión más objetiva, hemos convocado a un calificado periodista deportivo uruguayo cuyos antecedentes serán reseñados en la próxima entrega, seguido de su comentario sobre el match.
Algun dia la segunda parte..